domingo, 17 de julio de 2011

"La Senda del Genaro: El Atazar a Unos Pasos del Cielo"



Tengo que reconocerlo, estar en buena forma hace que podamos estar tan inquietos como otros veranos para poder disfrutar así de esta temporada, que una vez mas nos lleva por la Autovía A1 hacia el Noreste de la Sierra madrileña, con la ilusión de volver a ver nuestros paisajes preferidos, o como en este caso, de descubrir nuevos horizontes.





Algo me decía durante el viaje, que al igual que todas mis rutas por la sierra habían tenido la capacidad de cautivarme y sorprenderme de alguna manera, esta no iba a ser la excepción, algo que tras dejar a un lado la Autovía y adentrarme por la carretera hacia el Atazar estaba por confirmar.


Embalse de El Atazar


Lo primero que atrajo mi atención fueron la cantidad de elevados riscos y enormes piedras que la naturaleza se ha encargado de colocar bien una sobre otra como quien se prepara para una visita muy especial.



El Atazar


Esto y los pinos silvestres y otras especies de árboles que forman una especie de retazos de alfombrilla verde muy bien puesta y que se interrumpen solo para dar paso a los peñazcos. Esta carretera forma una entrada llena de curvas hacia el embalse de el Atazar sorprendiéndote permanentemente con la gran cantidad de agua represada por el hombre, lo estrecho del camino y los precipicios, en un entorno tan natural como moderno.

Cartel con indicaciones de la ruta

 Ahora entiendo porque, al pasar por el Berrueco, la ruta de los castillos y las fortalezas, atrae a tantos turistas, en busca de cultura española y romana o en busca de naturaleza, vejetación y agua, entre otras cosas, como es nuestro caso. Al llegar a El Atazar, grupos de ciclistas de montaña agotados por el cansancio pero con la cara renovada y los ojos brillando me saludan con la certeza que provoca la labor cumplida: Hoy hemos hecho una bien buena, hacia donde vas chaval? hacia la senda del Genaro! pues tienes medio día entero por delante!





A eso de las 3 de larde me dispongo a comenzar la ruta, un chirrido en la rueda delantera presagiaría una avería de frenos que detectaria justo al llegar a la mitad de mi recorrido, donde comienza la bajada. Al salir chequeo bien las mordazas, las pastillas y los discos y no encuentro nada extraño, veo todo el sistema en orden, así que continuo bajando un corto tramo dispuesto a iniciar cuanto antes la subida.






Es una hora muy mala para comenzar una subida tan larga puesto que los quejigos crecen en las laderas de las montañas en la parte baja, no dejan nada de sombra y la temperatura es de 35º. En todo caso voy bien preparado para mantenerme hidratado durante el camino y me lo tomo con calma para subir cómodamente.




La cuesta se me hace bastante larga pero no dejo de mirar a mi alrededor para disfrutar del lugar donde me encuentro, a mi paso voy viendo como los quejigos abren paso a los pinos, mas comunes en las alturas hasta llegar a los riscos.



La senda se mantiene firme en general sobre piedra y mis dos cubiertas country trial que he puesto esta semana vienen funcionando a las mil maravillas, contrario a lo que yo esperaba, puesto que tienen un taco muy grande para mi gusto, pero ha sido una decisión acertada. A la subida me percato de las típicas construcciones de piedra y los cultivos de abejas se notan entre los arboles.







  

A medida que gano altura, veo como me alejo del Embalse, se ve tan lejos aunque llevo solo una pequeña parte del recorrido, pero es normal, la subida es permanente y no rinde tanto como quiséramos, la pendiente es pronunciada de unos 5 ó 6 grados y toca ser paciente, aquí no hay mas de otra, que pedalear y pedalear, para eso vinimos.

Luego de subir la mayor parte, me encuentro esta fuente de agua natural que es típica por las rutas de la sierra y aprovecho para tomarme un gran vaso de agua bien helada y recargar mis provisiones. La ruta no es nada modesta, ofrece gran cantidad de vejetacion y diferentes zonas geológicas.



Impresionantes vistas, como la del pico de las Tres Provincias de Somosierra (ruta que hemos hecho hace poco) y los únicos animalitos que se me cruzaron esta vez en el camino fueron las cabras.





Luego de pasar la parte mas alta tuve que hacer una reparación de los frenos, perder unos 45 min muy valiosos de la tarde y ralentizar demasiado la bajada, para mi pena, lo mas divertido. He querido hacer un pequeño video desde un punto al extremo norte de la ruta donde me detuve a descansar un poco, al tiempo que disfrutaba de las vistas pero como entenderéis, es difícil hacerlo tan bien como quisieras puesto que con el cansancio, cuesta sacar la cámara para hacer una simple foto, pero no es lo que mas me cuesta, cuando estoy haciendo mis crónicas en casa, me cuesta mas escoger entre las fotos que hago. 




Pico Las Tres Provincias


Para terminar, solo deciros que me quedo con muchas cosas de El Atazar: me quedo con sus vistas, con la Senda del Genaro que es preciosa e idónea para caminatas y bici de montaña y me quedo con el mas grato recuerdo de uno de los embalses y zonas mas bellas que he visto hasta ahora.




Me quedo con sus pueblos, con esa fuente que hay en mitad de la nada en la montaña, me quedo con este hermoso atardecer que he podido apreciar camino a casa y me quedo con esta sonrisa en mi cara que me traigo de la senda del Genaro, con la satisfacción de haber empleado muy bien mi día, porque como decía Chamfort: " El día peor empleado, es aquel que no se ha reído"






viernes, 15 de julio de 2011

"Cercedilla: Con Corazón Especialmente Serrano"



Muy tempranito en la mañana aparcábamos en Becerril de la Sierra, a escasos metros del embalse de Navacerrada para iniciar una de las rutas mas emblemáticas de la sierra de Madrid, entre las cuencas de Guadarrama y Manzanares, que nos llevaría por tercera vez consecutiva a disfrutar de los cerca de 100 km de caminos, pistas, trochas y algunos tramos de calles y carreteras que ofrece esta zona del macizo central con el puerto de Navacerrada y el alto de Guarramillas ( o la Bola!) como testigos en la cara norte, gran parte del camino.

Atravesamos el valle de la Fuenfría, luego de cruzar nada menos que localidad de Cercedilla, una vez mas, protagonista antagónica de otra de las mejores rutas de la sierra, gracias al maravilloso don que le dio la naturaleza de contar entre otros, con ese abanico montañoso formado por Siete Picos y caracterizarse por la mas densa concentración de pino silvestre de la sierra.
Se trata de una zona emblemática que cuenta con un completo conjunto de elementos de montaña que caracterizan el macizo y que representan el punto de encuentro de innumerables paseos  en cualquier estación del año. En nuestro caso, partiremos de Becerril de la Sierra, siguiendo una vez mas las rutas de ciclistas y montañistas conocedores de la zona, hacia el embalse de Navacerrada y Cercedilla con algunos cortos tramos de carretera que desaparecerán hacia Siete Picos, Las Dehesas y el Valle de la Fuenfría, para terminar el recorrido callejeando a través de Cortos
tramos de calles y carreteras por algunas poblaciones como Los arroyuelos, Los Molinos, Vallefresnos, la Urbanización La Serranilla y Collado Mediano antes de llegar de nuevo a nuestro punto de partida, Becerril.
Como podéis apreciar, se trata de una zona densamente poblada de la sierra y de gran concurrencia, que ofrece un contraste entre poblacion y naturaleza en estado puro.  Hacia el norte luego de salir de Cercedilla encontraras tantas rutas como cuestas empinadas y también una gran variedad de especies entre las que destacan el zorro, el jabalí, el águila o la serpiente, entre otros.

Muchos excursionistas vienen de todos lados de España y del mundo atraidos por este particular lugar de la geografía española y sus caminatas ecológicas sumado al sano esparcimiento de familias y grupos de amigos del entorno madrileño hacen parte del día a día.

Quien sabe, a lo mejor tengas la suerte de cruzarte en el camino con especies autóctonas como  la serpiente, lo que puede ayudarte a pedalear sin descanso, hasta completar el circuito nuevamente en Becerril de la Sierra. Esta ruta circular puede hacerse en cualquier sentido, pero preferimos hacerla en el sentido contrario a las agujas del reloj, y aunque salgas de Becerril y tengas que subir constantemente gran parte del trayecto, la mayor intensidad la encontraras luego de pasar


Cercedilla hacia siete picos y el parque de las dehesas, siempre lleno de paseos familiares y ciclistas llenando sus pulmones de aire limpio para poder subir a la montaña. Los mas osados llevamos en mente cruzar la montaña con rutas tan largas como podamos, para recorrer lo máximo posible  esta parte de la sierra de Guadarrama y asi poder disfrutar del macizo en el limite con Castilla y León para quedarnos con sus maravillosas vistas y dejar de paso unas cuantas calorías en la cuesta.

Este particular ambiente es simplemente espectacular y es el que mejor describe la sierra de Guadarrama. Quienes sigan mis relatos, podrían haber detactado un incansable intento por describir lo maravilloso que es estar allí y aunque intento describirlo lo mejor posible, os puedo asegurar que se queda corto. Quienes suben a la sierra corren muchos riesgos, podrían perderse, sufrir de frío o calor, deshidratarse, podrían incluso correr el riesgo de tener que regresar sin llegar al objetivo, pero una cosa es muy clara: hay un riesgo latente de quedar enamorado para siempre de las montañas.


He tenido que intentar una y otra vez, de escribir esta crónica por el valle de la Fuenfría sin lograrlo y por difícil que me parezca la ruta, siempre había terminado subido en mi bici, dispuesto a repetir el trayecto, sin lograr escribir una sola palabra y siempre que salgo me encuentro alguna experiencia nueva. Esta es la tercera, la vencida.

Se me han puesto los  pelos de punta nuevamente al pasar un establo con un par de toros deambulando a lado y lado del camino y se me ha cruzado una serpiente en una zona muy lenta en el camino de piedra, a escasos cm de mi rueda delantera.

He descubierto que me he aprendido la ruta  casi de memoria, y he llegado a la meta tan agotado como para no pensar en pedalear nunca mas, por lo menos hasta que me despierto al otro día por la mañana, claro esta, pero hay que prepararse tanto para una nueva semana de trabajo, como para la próxima salida, si señoras y señores, con un merecido descanso.


Hasta pronto!!!




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domingo, 10 de julio de 2011

"Rascafría: Entre el valle y la montaña, que gran manera de pasar la tarde"

A eso de las 3 y media de la tarde del sábado, hemos podido aparcar nuestro coche en la típica localidad de Rascafría, en el valle del Lozoya,  para dar una vueltecita por la montañas del parque natural de Peñalara en la sierra de Guadarrama, y como es habitual descargamos las bicis en el pueblo y una vez equipados nos disponemos a subir unos 800 metros de altitud sobre el nivel del pueblo, con la constancia y decisión característica de siempre, pero con la motivación de estar celebrando mis 10.000 km recorridos en la comunidad de Madrid.

Vistas al lado del camino

Y para coincidencias, me he traído conmigo a Alberto precisamente a estrenarse en la montaña con sus primeros kilómetros por la sierra, dispuesto a dejarse embrujar por ella, con la ilusión de traer consigo algunas historias de montaña y con un reto muy claro:

Un vasito de agua pura bien helada?
Ir ganando pulmones para atreverse con rutas mas largas en el futuro, ya ha observado la sierra lo suficiente desde el sur y ya esta listo para comenzar su propia aventura, una experiencia especialmente motivante.

La subida es un poco larga y nos cuesta coger ritmo sobretodo porque hay que empezar a ganar metros de desnivel rápidamente, con una pendiente no muy pronunciada, vamos sintiendo el cambio de altitud, poco a poco, hasta que es suficiente para disfrutar del horizonte y planear nuevos retos en la zona.

El pico de Peñalara
Este circuito de unos 35 a 40 km tiene la ventaja de tener el 50% del trayecto inicial de subida y el 50% restante de bajada, por lo que puedo sugerirle a Alberto que suba cómodamente hasta donde aguante, ya que podremos terminar el recorrido sin problema.

Para mi sorpresa ha tenido un ritmo muy bueno, incluso me ha costado un poco seguirle sobre todo los primeros km. En cualquier caso me ha dado la sensación que la ha estado pasando pipa todo el tiempo y disfrutando como enano. Como imagináis, no ha sido difícil para mi contagiarme. Hemos hecho cumbre con cerca de dos horas de recorrido, no sin antes marcar el territorio con un pinchazo suyo y de hacer un par de paradas de rigor para fotitos, para bajar pensamos tomarnos la tarde con calma.
 Y aunque sencilla, esta ruta por los alrededores de Rascafría ha resultado muy agradable, lo cierto es que las montañas, los riscos, los robledales, los pinos y sobretodo las vistas y los arroyuelos nos han terminado desconectando por completo de la ciudad como siempre, manteniendo nuestro estado de animo por las nubes y a veces por el agua.


Solo una tímida águila aprovechando las ultimas corrientes de aire caliente de la tarde, sobrevolaba por los riscos mas altos para calmar las ansias de Alberto por traerse al menos un buen recuerdo de los habitantes de esta montaña. Eso y las vacas y los toros sueltos por los potreros le causaban gran expectación. Yo es que siempre llevo claro que los animales están tan austados como nosotros al vernos pasar por lo que es preciso no molestarles en la medida de lo posible y continuar la marcha.


Entre este lejano sobrevuelo y el pico de Peñalara que nos observaba vigilante desde sus 2428 de altitud, creo que ha conseguido cautivarnos y seguramente nos encontréis de nuevo por esta hermosa zona de la sierra de la cual una vez mas nos quedamos con un cachito de ella. Es cierto, no hay hada mejor, las tardes mejor en Rascafría!!




                                  Saludos!!!

jueves, 7 de julio de 2011

"Lozoya y Pinilla: Encantar es su Naturaleza"


Es impresionante ver como cambian las características en cada una de las rutas aunque estemos en la misma cadena montañosa de Guadarrama - provincia de Madrid, exceptuando dos o tres generalidades en la zona, tan importantes como son el agua (al fin y al cabo es la sierra del agua) la vegetación y las vistas, existe gran cantidad de diferencias, puesto que en cada zona se observa en mayor o menor medida el turismo y la ganadería entre otros, las vistas son maravillosas aunque los paisajes cambian, sus gentes y también claro esta, el grado de dificultad para recorrer cada circuito.
La cuenca del Lozoya no podía quedarse atrás, tiene mucha movilidad turística y deportiva puesto que sus espacios que le hacen atractiva tanto para el ciclismo de montaña y las excursiones a pie, como en general para el esparcimiento con la familia o la pesca. En esta ocasión descargaremos las bicicletas desde el pueblo de Lozoya en la rivera del embalse de Pinilla, un pueblo edificado en un entorno tan natural como algunos otros en la zona, que parece pertenecer al paisaje, inmerso en la parte baja de la montaña, manteniendo cierto carácter invernal en el ambiente.
La mañana se torna muy fresca digna de un jersey o cortavientos, pero el aire frió desaparecerá del ambiente en un par de horas para dar paso a un sol caliente y penetrante, así que hay que ponerse fino para ganar unos cuantos metros de altura a la montaña. Hay muchos ciclistas y excursiones que supongo van a parar a todos lados del embalse, y muchos coches al igual que el mío pasan con las bicis amarradas como pueden del techo o del portón del maletero en la parte de atrás o del enganche del remolque. Ver como la gente disfruta de este particular ambiente es bastante motivante.

Acabo de salir y luego de comprobar que llevo todo mi equipo, me descuelgo hacia el embalse para iniciar el camino y lo primero que me encuentro es un gato cruzando lentamente la pista con la satisfacción de llevar a su presa en la boca, una enorme lagartija que se quedaría en mi mente y recordaría un par de horas mas tarde al atravesar las praderas de la cumbre,  con menos impacto al ver de cerca las abejas recogiendo su polen y asimilar  su naturaleza, al igual que la de algunas otras especies, el gato se daba a su modo, su gran banquete.

De la perspicacia depende que detectes en el entorno este tipo de circunstancias, pues si te concentras demasiado en los pedales, a lo mejor te pierdes de todo lo que te rodea y estas cosas que pueden parecer sencillas no dejan de ser maravillosas. Como las nubes mismas, que en este recorrido parecen percatarse que estamos allí disfrutando de la naturaleza y dejan a un lado su timidez para danzar de un modo tal, que adornan el camino y van abriendo paso a la luz del día como esa cortina que debilita los rayos de luz de una calurosa mañana de verano. La multiplicidad de figuras que cubren todo el firmamento te hacen pensar tantas cosas, lo se, en esta parte de la ruta hace fresco, hay un largo camino por delante lleno de sorpresas y sabes que mas tarde hará mucho calor.
El camino podría parecerse a cualquier otro de la sierra, pero el conjunto le hace inconfundible. Bordear el embalse es un paseo sumamente gratificante para los sentidos y en la medida que te adentras en la montaña y buscas la sima las vistas hacia el embalse de Pinilla y los pueblos de la zona serán impresionantes, tanto si escoges subir al puerto de Navafría a unos 1723 m o si te  diriges hacia el parque natural de Peñalara en Rascafría, donde encontraras los picos de Dos hermanas  a 2085 m, Claveles a 2390 m y Peñalara a 2428 m entre otros que nos ocuparemos de describir próximamente.
En este caso hemos rodeado el embalse de  Pinilla para cruzarlo cerca de Pinilla del Valle y atravesar luego la montaña hacia Canencia, por donde pasaras pedaleando prácticamente de paseito deleitándote con el camino, el pueblo y el canon del río Lozoya. Luego de cruzar el embalse, comenzaras a subir por lo menos entre una y dos horas a un ritmo normal, hasta que encuentras la cumbre y se pierde el camino durante un largo rato, pasando por las praderas donde pastan ganado y caballos.
La cuesta tiene una dificultad elevada pero es relativamente corta, podría decirse que la mitad del camino es de subida y la mitad restante de bajada, es una ruta de aproximadamente 4 horas. Como siempre hay que ir con cuidado y es inevitable caminar unos cuantos metros con la bici, pues es difícil mantenerse sobre ella el 100% del tiempo y luego de la cumbre con los pastizales encuentras mucho arbusto con espinas.


Al final del recorrido encuentras de nuevo el camino hasta llegar a un pequeño tramo de carretera que te llevara a   Canencia,  terminaras disfrutando su arquitectura típica que le otorga su status de pueblo de la sierra y si pasas despacito o mejor te tomas algo para recargar energías y te bajas de la bici unos instantes  podrás  disfrutar del ambiente. El pedaleo a partir de allí, es un verdadero paseo que culmina cuando te encuentres de nuevo el embalse de Pinilla bordeándole de nuevo hasta Lozoya.


Lozoya, Pinilla y la ruta hacia Canencia tienen la capacidad de encantar, es su naturaleza.   Ir a página principal


Saludos!!!

lunes, 4 de julio de 2011

"Somosierra: Una Ruta de Cinco Pedales, Simplemente Espectacular"

Nos encontramos en la parte mas septentrional de la comunidad de Madrid para continuar nuestro recorrido por la sierra de Guadarrama,  bordeando la sierra del Rincón muy cerca de la autovía A1, para subir hasta el pico de las Tres Provincias o Cebollera Vieja, situado a 2128 m de altitud, disfrutaremos de la alta montaña y descenderemos rápidamente hasta llegar a Somosierra en el valle medio del Lozoya, posteriormente unos 10 kms mas con una subida menos pronunciada pero constante hacia Horcajo y Horcajuelo de la Sierra para rematar la jornada en Montejo de la Sierra. Esta ruta circular, cuenta la mayor parte del recorrido con caminos y pistas de piedra, tierra y trochas ideales para el ciclismo de montaña.  Aunque esta zona de alta montaña tiene elementos que caracterizan las rutas por la sierra, como por ejemplo la ganadería que encontraras en las zonas mas bajas con todo lo que esto conlleva, atravesando potreros con vacas, toros y verdes praderas, mas adelante descubrirás las verdaderas características  de esta ruta que le hacen única. 

Por otra parte encontraras diversos tipos de vegetación que destacan siempre en las zonas bajas y medias de sierra, con predominio de  pinos y a medida que subes solo encontraras riscos donde no crece la vegetación. Durante algunos tramos, al igual que en muchas otras rutas, nos encontramos con los típicos arroyuelos que ayudados por el hombre, cruzan el camino sobre hormigón, mientras otros se abren paso como pueden para llegar a formar parte de algún río o embalse.

También te encontraras con algún helipuerto de la red de emergencias de la comunidad y los típicos cortafuegos que separan hectáreas de árboles con algunos trazados que parecen pistas en las montañas, pero que te recuerdan que hay que ir con precaución y con responsabilidad, en cualquier estación del año.


Con una diferencia superior a los 1000 m de altitud con respecto al punto de partida, el Pico de las Tres Provincias o Cebollera Vieja se convierte en la segunda cima mas alta que he  subido hasta ahora en bici de montaña, después de la Bola del Mundo o el alto de Guarramillas considerado un pico especial. 

 
      
A esta ruta yo le asigno la máxima calificación, no son cinco estrellas, ni cinco tenedores. Son cinco pedales, no solo por su altitud, sino también porque el grado de dificultad es enorme, las cuestas muy empinadas que se repiten por tramos cortos y aunque te dejan descansar con tramos menos inclinados, la combinación se torna constante y se repite una y otra vez.

  

Esta ruta también  tiene a su favor la diversidad ecológica que te encuentras por las diferencias de altitud, llegando incluso a estar en el habitad de aves rapaces como las águilas y los buitres de gran envergadura en los picos y los riscos mas altos y difíciles de acceder.


En cualquier caso siempre es recomendable extremar la precaución durante los meses de febrero a agosto, en los que es mas probable su reproducción y para no molestar a sus polluelos.

Mientras tanto las vistas me recuerdan tanto la ventanilla del avión cuando sobre vuela la península hacia el aeropuerto de Barajas, como también que estamos siendo observados de cerca y constantemente por otras especies. Pero en definitiva, la máxima calificación de esta ruta radica en la satisfacción de alcanzar la cima y el reto que ha implicado para mi alcanzarla.

A poco mas de 60 minutos en coche desde Madrid se encuentra el pueblo de Montejo de la Sierra, lugar de que he escogido de salida porque a partir de allí y durante al menos 20 km la pasaremos subiendo hasta llegar al puerto. Creo que otra buena opción es salir desde el puerto de Somosierra, al igual que esta ocasión en el sentido contrario a las agujas del reloj. La mayor parte del camino es de subida y para llegar de nuevo a Montejo  la diferencia de altitud se recupera rápidamente por una pista con una pendiente superior al 10º de inclinación en algunos tramos en los que bajar se torna extremo.

Ayudado por la topología del terreno, extremadamente divertido, por esta razón el nivel de concentración y de adrenalina máxima lo encuentras en este corto tramo de aproximadamente 8 a 10 km de bajada. Recorreremos en total unos 48 km, la mayor parte de ellos subiendo. Aunque la bajada sea muy inclinada, en algunos tramos puedes alcanzar los 54 km/h y en la subida, bueno, los tramos mas lentos no superan los 3 o 4 km/h.

Pocos pueblos encontraras a tu paso, saliendo de Montejo de la Sierra, no te encuentras nada hasta después de pasar por el pico de Tres provincias y descender hasta Somosierra. La mayor parte del camino la pasas acompañado solo por las montañas y la naturaleza, algún campesino, ciclista o montañero.

El momento en que haces cumbre es muy especial, todo lo que te ha costado subir hasta allí queda opacado por la majestuosidad del sitio y al igual que la mayoría de veces que involucro la grandeza de la naturaleza en mis relatos, coincido en lo difícil que es encontrar palabras para describirlo, alguien coincidirá conmigo en asignar simplemente la palabra “Espectacular”.
Desde el comienzo, la ruta es muy exigente y tras lograr disuadir un enorme cachorro jugando a morderme las zapatillas mientras daba pedalazos,
atravesar los rebaños de vacas con un toro al cuidado de sus reces y los típicos rasguños en la piel con la vegetación mas espesa con espinas y que en las
zonas mas estrechas crecen a lado y lado del camino, he logrado ganar algunos metros, mientras lograba comprobar en el horizonte que el camino de subida se hacia infinito, por tanto era seguro que tendría que ganar 1 km en vertical. Como era de esperarse, mi emoción por lo desconocido y las montañas que se tornan exhibicionistas, como siempre en la sierra, me mantendrían ocupado prácticamente hasta la cima. El camino de regreso seria otro tema, pero en este tipo de ruta tienes la fortuna de poder regresar por el mismo camino de bajada o continuar por el camino circular si aun te sientes con ganas. En mi caso lo que me motivaba era la espectacular bajada del trayecto circular y eso merece el esfuerzo de continuar hacia Somosierra, a sabiendas que hay que subir de nuevo hasta Horcajo de la Sierra por caminos para rematar la ruta  callejeando  a través de este pueblo  típico
de arquitectura gótica de piedra y adobe del S.XV, a solo 3 km de nuestro destino. Su iglesia adosada, la de San Pedro, mira hacia el valle desde un extremo del pueblo. Este hermoso pueblo empotrado en la montaña ha tenido la capacidad de cautivarme a pesar de traer tantos km encima y de estar deseando llegar a mi destino. Recuerda que puedes descargarte la ruta completa en wikiloc.



 Hasta la próxima!!!




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