domingo, 31 de julio de 2011

La Pedriza: Por Algo le llaman Zetas, Por Algo Le Llaman La Pedriza”


Como ya había adelantado, una vez mas la localidad de Manzanares el Real nos acoge para otra interesante travesía por la sierra de Madrid, es el turno de recorrer La Pedriza.

Una buena opción para hacerlo en bici de montaña, es a través de la ruta de Las Zetas, nombre que ha ido recibiendo la cuesta por la constante forma de “Z” que tiene el camino para llegar a la cima, pero no es su único calificativo puesto que además de abarcar cerca de 10 km de subida, al final recompensa con una divertida y larga bajada. Gracias a ello podemos recorrer una gran extensión del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, y gracias también a pequeñas variantes podremos escoger el grado de dificultad, tanto en desnivel de subida como en extensión.

Puedo aseguraros que subir a lo mas alto merece la pena, porque como de costumbre la dificultad de la cuesta se ve opacada por el espectáculo que tiene montado la naturaleza en este lugar de la sierra y su magnetismo obedece a la capacidad que tiene esta cadena montañosa del Guadarrama de impactar de la mejor manera y dejarnos con la boca callada a todos quienes disfrutamos de los deportes de montaña.

Solo al traspasar la barrera que restringe el numero permanente de visitantes en coche a 150 (si no vais pronto tendréis que esperar a que alguien salga para poder entrar, o caminar desde la barrera, nosotros no tenemos este problema puesto que vamos en bici), tomamos una pequeña carretera de doble sentido que culmina en un parking que nos da la entrada a una senda amplia de piedra y arena muy firme que nos permitirá recorrer prácticamente todo el circuito sin dificultad técnica, por supuesto con mucha cuesta.


Subimos gran parte del tiempo bordeando el río Manzanares, y a medida que ganamos altura y nos adentramos en la montaña, intimamos con los arroyuelos que vierten sus aguas al río, le dan vida y garantizan su existencia.  A partir de ese momento todo empieza a ser mágico, no solo porque no comprendes plenamente el porque esta gigantesca masa de cuarzo y mica fundida abunda en el paisaje, sino también porque este peculiar ecosistema se ha apañado para convivir armónicamente entre tanta piedra, lo cautivador que resulta de toda esta combinación, es lo que garantiza tu objetivo, la alta montaña con el sello de la Pedriza se encargara que disfrutes el respirar aire puro y deleitar la vista.


Había decidido salir muy pronto en la mañana desde Madrid, porque me hacia ilusión ver un amanecer de estos en las montañas, así que cuando estaba descargando mi bici en Manzanares, apenas había luz, mas allá de la generada por algunos focos del alumbrado publico del pueblo, de manera que  con los primeros rayos del sol pude dar los primeros pedalazos.

A mi paso, sentía como algunos montañeros en su saco de dormir se despertaban bien para empezar ya sus caminatas, o bien para dar vueltas hacia el rincón, era demasiado pronto, pero yo llevaba en mi mente colonizar algunos miles de metros de peñascos, ya tendría tiempo para descansar. La mañana estaba tan fresquita y los primeros metros me hacían reflexionar acerca de si son las montañas las que me motivan tanto, o soy yo quien tiene la capacidad de cautivarse con las cosas que son cotidianas para mi? Creo que he madrugado mucho, a mi paso unas cabras montesas saltaban dando gigantes tumbos para cruzar el camino, a pocos metros delante mío, pillándome completamente desprevenido, haciendo mas efecto que el primer café de la mañana para espabilarme.

Unos cuantos metros mas arriba me cruzaría con las primeras vacas del día, de esas que pastan a un lado del precipicio como si nada, auque les pases a 50 cm ni se inmutan, parecen acostumbradas a nosotros, aunque sus terneros mas ariscos te hagan preparar los pies por si acaso hay que pedalear a toda. Nada de esto fue necesario, pero me he podido subir mas de la mitad de la cuesta sin darme cuenta, lo que es mucho comparado con alguna que otra sesión en el gimnasio en la que pedalear una hora se me hacia eterno, otro punto mas a favor de la Pedriza.

Pero aun me quedaba todo el día por delante,  además de encontrarme con otros ciclistas y montañistas algunos con mas barriguita subiendo despacito, a mi paso por esta espectacular “Autopista” me encontraría con sitios maravillosos y emblemáticos de la sierra, como la peña de El Yelmo,  El Collado del Carbón, El Tolmo, El Collado de las Dehesillas o de la Silla, el Pajarito, la Vela, la Peña del Indio, la Tortuga y hasta con la Bola del Mundo entre otros que recuerdo.


Estoy seguro que volveré las veces que haga falta hasta que entienda todas sus formas, por lo pronto estoy contento por haber  descubierto porque le llaman las Zetas, porque le llaman la Pedriza y por haberme permitido el lujo de ver nacer el río Manzanares. Descubrirlo quizas sea mas fácil que describirlo. 

Concluyo contestando a mi pregunta, es cierto que tengo un poco de cada uno, las montañas me impresionan tanto como mi capacidad de cautivarme con lo cotidiano, lo considero una de mis mas grandes fortunas.
 


SALUDOS!!!!
Gracias por los R-Twitts y Shares del Fbk


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jueves, 28 de julio de 2011

"Santillana: No hay Madrid sin Manzanares"


Es posible que el embalse de Santillana tenga más historia que agua y por ello también es posible que  en este recorrido cercano a los 35 km, nos transportemos mágicamente en el tiempo mientras apreciamos sus maravillosos paisajes de alta montaña con cierto toque alpino.

A unos 50 km de Madrid se encuentra Manzanares el Real, otro encantador anfitrión del mountain bike, cuyas calles nos servirán de partida para algunas grandes travesías por el parque regional de la cuenca alta del manzanares. Por tanto nos ocuparemos pronto de La Pedriza con cuestas como la del Puerto de la Morcuera y el pico Cabeza de Hierro o las Zetas, al igual que de escenarios alrededor de pueblos tan significativos como Soto del Real y Miraflores de la Sierra entre otros.


Ya dispuestos, partimos desde Manzanares hacia el embalse de Santillana bajando por el cementerio para cruzarlo por la parte angosta y asi tomar la senda para completar el circuito a su alrededor, prácticamente todo el tiempo a orillas del embalse.  Solo hay algunos km en los cuales nos alejamos un poco del agua por un rato, pero mientras tanto,  a lo lejos podemos apreciar la hermosa torre neogótica de una de sus presas antiguas que caracterizan el embalse y que le conjugan coherentemente con el castillo de Manzanares el Real, el cual nos encontraremos justo antes de terminar la ruta.

Le Tengo un cariño  especial a este recorrido y no es precisamente porque sea difícil ni todo lo contrario, sino porque me trae recuerdos de otros sitios y auque el paisaje es encantador, me resulta sobrecogedor circular paralelo a las vias del tren. Es completamente inevitable que recuerde con nostalgia algunas rutas de otros países, que quien sabe cuando volveré a recorrer. A aquellos que no tienen muchos km de montaña o se estan estrenando en BTT, les recomiendo dar este agradable paseo con muy poca exigencia física, yo en mi caso lo he hecho para reflexionar y descanzar un poco mis músculos, este es mi mejor aderezo.

Os aseguro que la pasareis en grande, tenéis el track de la ruta en mi usuario de wikiloc (ver columna de la derecha)...
     
hasta la vista!!!


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miércoles, 27 de julio de 2011

“Buitrago: de paseito por el valle pero con mucha montaña”


Una vez mas nos acoje el pueblo de Lozoya para  iniciar nuestra travesía hacia Buitrago, recorriendo el valle alto y medio de la cuenca del río Lozoya,  nuestra ruta circular en dirección contraria a las agujas del reloj tiene la intención de dar un paseito para apreciar el valle del Lozoya continuando el día hacia las montañas sin buscar necesarimente mucha dificultad técnica.


Aunque estemos preparados psicológicamente para atravesar las montañas y subir algo de cuesta antes de regresar a nuestro punto de partida, no estamos muy seguros del desnivel exacto que nos espera. Los primeros km del recorrido son muy entretenidos, todo un lujo de descenso con una leve pendiente negativa para apenas pedalear, dándonos una maravillosa oportunidad de disfrutar del paisaje del valle con muy poca exigencia física, exceptuando una que otra pequeña cuesta. Pensar en lo que tendremos que subir me inquieta, sobretodo porque traigo algunas cuantas salidas con mucha montaña y no quiero tener ninguna flojera, por lo que espero sentirme cómodo y animado en la subida.

Claro que eso no es un problema, no hace falta apurar demasiado el ritmo de subida, y normalmente el lugar hace que mantengas tu mente ocupada, así que rápidamente me olvido del tema, al fin y al cabo hay que disfrutar de todo el recorrido y ya  nos ocuparemos de la cuesta. Entre mas te cueste subir, apreciaras mas las bondades de la altura y muy seguramente encontraras tu la recompensa.  Seguro que la tendrás no solo por la buena salud, sino también por lo divertido del paseo. Además esta ruta esta programada para rematarla cuesta abajo, tiene la ventaja de poder darlo todo sin tener que preocuparte por terminar el recorrido.


A medida que vamos recorriendo el valle, nos deleitamos con los pocos colorines de los arbustos que sobreviven al calor de de esta estación del año, pues con su traje de verano no ofrecen tanto color como los árboles que se resisten tanto a las mas bajas, como a las mas altas temperaturas, aportandonos no solo su sombra,  sino también ese verde característico de las montañas.


Cruzamos la pequeña localidad de Garganta de los Montes tan rápido como el fugaz traslado hacia el pasado medieval que representa su arquitectura en el ambiente y sin comprenderlo por completo, me alejo tan rápido como pedaleo, con la torre de su iglesia, la de San Pedro como testigo, quedandome con esta hermosa imagen grabada en mi mente, un pueblo popular de la sierra con su bar, su plaza adornada con el brocal de un pozo y sus calles adoquinadas que afinan ese carácter rural, ese caracter serrano.  Definición por naturaleza encantadora que se repite una y otra vez a nuestro paso por muchos de los pueblos de la sierra y que contrastan, quizas, con los colorines de mi casco, mi maillot y mi bicicleta. Que estarán pensando a nuestro paso? A veces pienso yo. Solo espero que sientan mi admiración y respeto igual que todos sus habitantes.

 
Sin darnos cuenta llegamos a el mirador de Riosequillo, engalanado por su embalse que lleva su mismo nombre: “Desde el mirador de Riosequillo se ofrece una panorámica única del embalse y del extremo norte de la comunidad de Madrid” una vez mas, en la lejanía, “El puerto de Somosierra paso fronterizo entre Segovia y Madrid constituye el vértice superior de Madrid. Toda la cuerda esta jalonada de pasos y puertos históricos. Un poco mas allá, Cabeza Cebollera Vieja, llamado también pico Tres Provincias, que limita Madrid, Segovia y Guadalajara”.

Pero tenemos que continuar descolgándonos un poco mas a través del valle hasta cruzar Las Eras del Soto y tomar la senda que nos llevara a Buitrago del Lozoya, en el extremo noreste del embalse. Hay que cruzar la autovía A1 y callejear un poco antes de tomar el camino hacia la cuesta, pero Buitrago se encargara de que no penséis mucho en ello.
Buitrago es considerada la segunda localidad en importancia de la sierra norte de Madrid, cuenta con el privilegio de tener por una parte, la sierra de La Cabrera y por otra, la de Guadarrama, hacia donde nos dirigimos. No hace falta detenerse mucho para contagiarse de lo Romano que hay en su ambiente, en sus construcciones y en sus murallas, aunque se sale de contexto es muy recomendable visitar las Parábolas de la Dehesa entre otros.


Al salir de Buitrago volvemos a cruzar la A1 hacia Villavieja del Lozoya y la senda nos va llevando hacia la cuesta, hacia la chorrera de San Mames iniciando por fin nuestra tan esperada subida.

Grupos de montañistas que suben y bajan con sus mochilas cargadas se cruzan en tu camino y te dan la bienvenida a la alta montaña, en el horizonte el camino se pierde bien en lo alto, entre los arboles y una diminuta cascada, con lo cual te enteras de lo que te espera, pero el lugar es tan majestuoso que no lo dudas ni un segundo para ir hacia el.


Un pequeño ruido a mi espalda hace que vuelva la mirada y veo como un todoterreno sube por la senda pidiéndome paso, una guardia forestal me pasa mientras me saluda.


He tenido que parar unos 10 ó 15 segundos, pues a su paso levanta un poco de polvo. Normalmente no me gusta parar, prefiero subir lento en estos tramos tan complicados, pero no sería la unica vez, tendría que hacerlo alguna vez mas. Al llegar a la parte mas alta, por fin para mis adentros, ubiqué el mejor mirador a mi gusto para descanzar y desear haber traido mi cortavientos, pues ha estado haciendo un fin de semana un tanto fresco para el verano y el fuerte viento empieza a dar frío. Por este motivo no puedo quedarme tanto tiempo como quisiera, algo que en los picos mas  altos me ha venido pasando.


Desde el lugar que escogi para descanzar, sentado en un risco en lo mas alto de la montaña puedo ver el embalse de Riosequillo completo, Buitrago, Navarredonda y Gargantilla, es impresionante.

Lo que os decia al comienzo del relato, supongo que aprecio tanto este momento como todo o mas de lo que me ha costado llegar hasta aquí, cuesta tener que dejar este lugar tan  pronto pero hay que continuar el camino, una  estupenda bajada hasta Lozoya con las espectaculares vistas del embalse de Pinilla nos esperan y después de ello una buena cena en Madrid, es lo que toca ahora. 

       Hasta la próxima!!!



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domingo, 17 de julio de 2011

"La Senda del Genaro: El Atazar a Unos Pasos del Cielo"



Tengo que reconocerlo, estar en buena forma hace que podamos estar tan inquietos como otros veranos para poder disfrutar así de esta temporada, que una vez mas nos lleva por la Autovía A1 hacia el Noreste de la Sierra madrileña, con la ilusión de volver a ver nuestros paisajes preferidos, o como en este caso, de descubrir nuevos horizontes.





Algo me decía durante el viaje, que al igual que todas mis rutas por la sierra habían tenido la capacidad de cautivarme y sorprenderme de alguna manera, esta no iba a ser la excepción, algo que tras dejar a un lado la Autovía y adentrarme por la carretera hacia el Atazar estaba por confirmar.


Embalse de El Atazar


Lo primero que atrajo mi atención fueron la cantidad de elevados riscos y enormes piedras que la naturaleza se ha encargado de colocar bien una sobre otra como quien se prepara para una visita muy especial.



El Atazar


Esto y los pinos silvestres y otras especies de árboles que forman una especie de retazos de alfombrilla verde muy bien puesta y que se interrumpen solo para dar paso a los peñazcos. Esta carretera forma una entrada llena de curvas hacia el embalse de el Atazar sorprendiéndote permanentemente con la gran cantidad de agua represada por el hombre, lo estrecho del camino y los precipicios, en un entorno tan natural como moderno.

Cartel con indicaciones de la ruta

 Ahora entiendo porque, al pasar por el Berrueco, la ruta de los castillos y las fortalezas, atrae a tantos turistas, en busca de cultura española y romana o en busca de naturaleza, vejetación y agua, entre otras cosas, como es nuestro caso. Al llegar a El Atazar, grupos de ciclistas de montaña agotados por el cansancio pero con la cara renovada y los ojos brillando me saludan con la certeza que provoca la labor cumplida: Hoy hemos hecho una bien buena, hacia donde vas chaval? hacia la senda del Genaro! pues tienes medio día entero por delante!





A eso de las 3 de larde me dispongo a comenzar la ruta, un chirrido en la rueda delantera presagiaría una avería de frenos que detectaria justo al llegar a la mitad de mi recorrido, donde comienza la bajada. Al salir chequeo bien las mordazas, las pastillas y los discos y no encuentro nada extraño, veo todo el sistema en orden, así que continuo bajando un corto tramo dispuesto a iniciar cuanto antes la subida.






Es una hora muy mala para comenzar una subida tan larga puesto que los quejigos crecen en las laderas de las montañas en la parte baja, no dejan nada de sombra y la temperatura es de 35º. En todo caso voy bien preparado para mantenerme hidratado durante el camino y me lo tomo con calma para subir cómodamente.




La cuesta se me hace bastante larga pero no dejo de mirar a mi alrededor para disfrutar del lugar donde me encuentro, a mi paso voy viendo como los quejigos abren paso a los pinos, mas comunes en las alturas hasta llegar a los riscos.



La senda se mantiene firme en general sobre piedra y mis dos cubiertas country trial que he puesto esta semana vienen funcionando a las mil maravillas, contrario a lo que yo esperaba, puesto que tienen un taco muy grande para mi gusto, pero ha sido una decisión acertada. A la subida me percato de las típicas construcciones de piedra y los cultivos de abejas se notan entre los arboles.







  

A medida que gano altura, veo como me alejo del Embalse, se ve tan lejos aunque llevo solo una pequeña parte del recorrido, pero es normal, la subida es permanente y no rinde tanto como quiséramos, la pendiente es pronunciada de unos 5 ó 6 grados y toca ser paciente, aquí no hay mas de otra, que pedalear y pedalear, para eso vinimos.

Luego de subir la mayor parte, me encuentro esta fuente de agua natural que es típica por las rutas de la sierra y aprovecho para tomarme un gran vaso de agua bien helada y recargar mis provisiones. La ruta no es nada modesta, ofrece gran cantidad de vejetacion y diferentes zonas geológicas.



Impresionantes vistas, como la del pico de las Tres Provincias de Somosierra (ruta que hemos hecho hace poco) y los únicos animalitos que se me cruzaron esta vez en el camino fueron las cabras.





Luego de pasar la parte mas alta tuve que hacer una reparación de los frenos, perder unos 45 min muy valiosos de la tarde y ralentizar demasiado la bajada, para mi pena, lo mas divertido. He querido hacer un pequeño video desde un punto al extremo norte de la ruta donde me detuve a descansar un poco, al tiempo que disfrutaba de las vistas pero como entenderéis, es difícil hacerlo tan bien como quisieras puesto que con el cansancio, cuesta sacar la cámara para hacer una simple foto, pero no es lo que mas me cuesta, cuando estoy haciendo mis crónicas en casa, me cuesta mas escoger entre las fotos que hago. 




Pico Las Tres Provincias


Para terminar, solo deciros que me quedo con muchas cosas de El Atazar: me quedo con sus vistas, con la Senda del Genaro que es preciosa e idónea para caminatas y bici de montaña y me quedo con el mas grato recuerdo de uno de los embalses y zonas mas bellas que he visto hasta ahora.




Me quedo con sus pueblos, con esa fuente que hay en mitad de la nada en la montaña, me quedo con este hermoso atardecer que he podido apreciar camino a casa y me quedo con esta sonrisa en mi cara que me traigo de la senda del Genaro, con la satisfacción de haber empleado muy bien mi día, porque como decía Chamfort: " El día peor empleado, es aquel que no se ha reído"






viernes, 15 de julio de 2011

"Cercedilla: Con Corazón Especialmente Serrano"



Muy tempranito en la mañana aparcábamos en Becerril de la Sierra, a escasos metros del embalse de Navacerrada para iniciar una de las rutas mas emblemáticas de la sierra de Madrid, entre las cuencas de Guadarrama y Manzanares, que nos llevaría por tercera vez consecutiva a disfrutar de los cerca de 100 km de caminos, pistas, trochas y algunos tramos de calles y carreteras que ofrece esta zona del macizo central con el puerto de Navacerrada y el alto de Guarramillas ( o la Bola!) como testigos en la cara norte, gran parte del camino.

Atravesamos el valle de la Fuenfría, luego de cruzar nada menos que localidad de Cercedilla, una vez mas, protagonista antagónica de otra de las mejores rutas de la sierra, gracias al maravilloso don que le dio la naturaleza de contar entre otros, con ese abanico montañoso formado por Siete Picos y caracterizarse por la mas densa concentración de pino silvestre de la sierra.
Se trata de una zona emblemática que cuenta con un completo conjunto de elementos de montaña que caracterizan el macizo y que representan el punto de encuentro de innumerables paseos  en cualquier estación del año. En nuestro caso, partiremos de Becerril de la Sierra, siguiendo una vez mas las rutas de ciclistas y montañistas conocedores de la zona, hacia el embalse de Navacerrada y Cercedilla con algunos cortos tramos de carretera que desaparecerán hacia Siete Picos, Las Dehesas y el Valle de la Fuenfría, para terminar el recorrido callejeando a través de Cortos
tramos de calles y carreteras por algunas poblaciones como Los arroyuelos, Los Molinos, Vallefresnos, la Urbanización La Serranilla y Collado Mediano antes de llegar de nuevo a nuestro punto de partida, Becerril.
Como podéis apreciar, se trata de una zona densamente poblada de la sierra y de gran concurrencia, que ofrece un contraste entre poblacion y naturaleza en estado puro.  Hacia el norte luego de salir de Cercedilla encontraras tantas rutas como cuestas empinadas y también una gran variedad de especies entre las que destacan el zorro, el jabalí, el águila o la serpiente, entre otros.

Muchos excursionistas vienen de todos lados de España y del mundo atraidos por este particular lugar de la geografía española y sus caminatas ecológicas sumado al sano esparcimiento de familias y grupos de amigos del entorno madrileño hacen parte del día a día.

Quien sabe, a lo mejor tengas la suerte de cruzarte en el camino con especies autóctonas como  la serpiente, lo que puede ayudarte a pedalear sin descanso, hasta completar el circuito nuevamente en Becerril de la Sierra. Esta ruta circular puede hacerse en cualquier sentido, pero preferimos hacerla en el sentido contrario a las agujas del reloj, y aunque salgas de Becerril y tengas que subir constantemente gran parte del trayecto, la mayor intensidad la encontraras luego de pasar


Cercedilla hacia siete picos y el parque de las dehesas, siempre lleno de paseos familiares y ciclistas llenando sus pulmones de aire limpio para poder subir a la montaña. Los mas osados llevamos en mente cruzar la montaña con rutas tan largas como podamos, para recorrer lo máximo posible  esta parte de la sierra de Guadarrama y asi poder disfrutar del macizo en el limite con Castilla y León para quedarnos con sus maravillosas vistas y dejar de paso unas cuantas calorías en la cuesta.

Este particular ambiente es simplemente espectacular y es el que mejor describe la sierra de Guadarrama. Quienes sigan mis relatos, podrían haber detactado un incansable intento por describir lo maravilloso que es estar allí y aunque intento describirlo lo mejor posible, os puedo asegurar que se queda corto. Quienes suben a la sierra corren muchos riesgos, podrían perderse, sufrir de frío o calor, deshidratarse, podrían incluso correr el riesgo de tener que regresar sin llegar al objetivo, pero una cosa es muy clara: hay un riesgo latente de quedar enamorado para siempre de las montañas.


He tenido que intentar una y otra vez, de escribir esta crónica por el valle de la Fuenfría sin lograrlo y por difícil que me parezca la ruta, siempre había terminado subido en mi bici, dispuesto a repetir el trayecto, sin lograr escribir una sola palabra y siempre que salgo me encuentro alguna experiencia nueva. Esta es la tercera, la vencida.

Se me han puesto los  pelos de punta nuevamente al pasar un establo con un par de toros deambulando a lado y lado del camino y se me ha cruzado una serpiente en una zona muy lenta en el camino de piedra, a escasos cm de mi rueda delantera.

He descubierto que me he aprendido la ruta  casi de memoria, y he llegado a la meta tan agotado como para no pensar en pedalear nunca mas, por lo menos hasta que me despierto al otro día por la mañana, claro esta, pero hay que prepararse tanto para una nueva semana de trabajo, como para la próxima salida, si señoras y señores, con un merecido descanso.


Hasta pronto!!!




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