miércoles, 31 de agosto de 2011

"De Patones, Trialeras y Cajones"



No nos podríamos olvidar de visitar durante esta temporada la cuenca del rio Jarama, y aunque pretender abarcar todas la zonas que conforman la sierra de Madrid es todo un reto, tendremos que conformarnos con disfrutar de cuanto escenario nos sea posible antes que llegue el invierno y la nieve nos impida rodar sobre muchos de sus territorios,


para aprovechar al máximo tantos lugares diferentes que nos ofrece la sierra.  A Patones, se llega por la autovía A1, sin mucha imaginación y sin necesidad de andar buscando rastros renacentistas, ni de árabes, ni de atalayas, ni de antiguas construcciones de presas, acueductos, azudes o almenaras, resultaremos envueltos tanto por una complicada topografía engalanada por sus pueblos, como por este tipo de construcciones y por sus gentes, para que valga aun mas la pena semejante esfuerzo tanto para subir como para bajar. Muchos de vosotros seguramente coincidiréis conmigo en que las trialeras de Patones no ofrecen tregua.

Patones o Patones de abajo, nos dará la entrada a un espectacular trazado sobre sendas, senderos, y caminos de hormigón a través de una larga subida para rematar descendiendo por una muy técnica trialera que ha sido parada de innumerables aventuras del Mountain Bike y cuyo calificativo  Xtreme esta acuñado como segundo nombre. Por supuesto que Patones da la talla al igual que las grandes rutas del mountain bike por la sierra de Madrid y satisface las exigencias físicas, mentales y técnicas de muchos de los amantes de este apasionado deporte.


No sería nada fácil diseñar un trazado como este, ni encontrar un lugar tan especial. Pues solo al salir de Patones empezamos a contagiarnos de su particular encanto. La primera parte del camino es ideal para calentar los músculos, pues se hace por el trazado que hay sobre los vestigios del antiguo canal de Cabarrus y el canal del Atazar, totalmente plano y que solo se ve interrumpido en un par de ocasiones por dos cercas en las que hay que levantar totalmente la bici para cruzar.


Un pequeño sendero te lleva hacia la presa del Pontón de la Oliva para continuar por una subida por camino de hormigón sin mayor dificultad técnica, solo la cuesta que en mi caso se me ha hecho eterna con dos averías, un pinchazo y rotura cadena que lógicamente podría reparar pero que me han hecho perder el ritmo.


El descenso se hace por un sube y baja constante que culmina por las calles de Alpedrete de la Sierra para tomar el camino forestal hacia el valle, que te puede engañar con el tranquilo paseo, pues lo que viene es la parte mas difícil del circuito.

Una elevada y prolongada cuesta nos hace esperar con ansias la tan anhelada bajada,  pero al hacer cumbre preparar vuestros sillines y bajadlos a tope, centrad bien la cabeza porque esta autentica trialera solo te dejara un descanso cuando lleguéis a Patones de arriba luego de algunos km de esfuerzo, aunque por mas cansados que estéis este espectacular caserío que se alza al pie del cerro de Las Calerizas detiene el tiempo por completo.

Y no es que el verano haga el día tan largo que parezca eterno, o que la ruta haya estado tan larga, no!, eso quizás ayude pero su razón son sus paredes de piedra, el dedalo de pequeñas calles y travesías empedradas que le dan un toque muy peculiar.


Que mejor sensación, que rematar este circuito por estas calles que quizás han visto pasar a tantos bikers como a muchos otros seducidos desde siempre por estas tierras. Prepárate para tu paso por Jarama, para superar sus exigentes cuestas y salir ileso de esta odisea, convivir con su naturaleza y ver trabajar de cerca las laboriosas abejas que recolectan sus mieles merodeando por sus tierras y mordisqueando de vez en cuando tus orejas para recordarte que esto es suyo antes de volver a sus cajones. A que esperas, si no habeis hecho esta señora ruta...




Prepárate para una historia de Patones, trialeras y cajones, hasta pronto!!!
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jueves, 25 de agosto de 2011

"A Valsain, Mejor Por El Camino Difícil"



Los que conocen Cercedilla saben que para atravesar sus calles y recorrer su entorno con suficiente propiedad hay que conocer también sus montañas, algunos que le conocen aun mas, saben exactamente qué es lo que hay en su ambiente que le hacen tan buen lugar para programar muchas de nuestras aventuras. No solo historia tiene este típico pueblo del noroeste de Madrid, tiene también además de carácter, algunas cualidades que atraen como su capacidad de refrigerar un poco nuestros veranos, deleitarnos con su típico abrigo blanco en invierno y hacernos rodar una y otra vez a través de sus caminos complaciendo nuestros deseos de aventura, entre otros. 

Marcado por las ansias de estas razones y mas, ha llegado el momento de iniciar este duro trazado, luego de una semana de arduo trabajo y haber dedicado algunos ratos libres a mantenimiento, parto desde Cercedilla con rumbo al puerto de Navacerrada, con algunas montañas como Siete Picos que nos mira atento, iniciando el largo ascenso cercano a los mil metros de desnivel del primer sector del circuito, que culminara al llegar a la cima de la bola del mundo sobre los 2300 m de altura, sin prisa pero sin pausa, nuestro ritmo nos permite lograr salir bien librados de este gran esfuerzo del comienzo, para completar cómodamente el resto del circuito. Llegar a la Bola del Mundo, es de por sí una gran meta, y en la medida que vamos ganando altura por su espectacular trazado, nos va cambiando las vistas, desde los paisajes de pino verde justo al salir de Cercedilla y las bondades del puerto de Navacerrada, hasta  el horizonte que siempre ofrece Guarramillas. Digno de rascarse los ojos y comprobar que es cierto, aunque seamos felices sufriendo para subir esta inacabable cuesta y alcanzar esta sensación.

Poco ayuda el calor abrazador del medio día para apreciarlo todo, pero todavía se torna tolerable para la práctica deportiva tanto por la diferencia media de diez grados menos de temperatura con  respecto a Madrid, como por los vientos  frescos de alta la montaña, ambos nos dan un cierto respiro que se agradece. Existen varias posibilidades para iniciar este circuito, entre otros saliendo desde el puerto de Navacerrada a unos 600 m de desnivel sobre Cercedilla, pero la salida luego del medio día y el pronóstico de tormenta, al igual que la comodidad de rematar el circuito con el descenso desde el mirador de La Reina quizás en horas de la noche, son los motivos por lo que he propuesto salir desde Cercedilla, al final comprobareis que es una buena sugerencia puesto que además de ser un buen anfitrión y proporcionar una amplia y engalanada estación de trenes, espacios para aparcar y amables terracitas, nos recibirá al final del circuito con varios km de cómodo descenso.

También son posibles algunas pequeñas variaciones del trazado, algunas debidas a algún despiste al seguir el mapa, o por algunas zonas donde el camino desaparece cubierto por helechos o espesa vegetación, pero el trazado es prácticamente el mismo. En cualquier caso toda desviación hace posible  retomar rápidamente  el itinerario, la única gran variante podría ser el punto de partida y agregar o reemplazar algún tramo con la alternativa que nos da la gran cantidad de rutas y senderos que hay en la zona, podéis hacer muchas variaciones. En todo caso, la salida desde Cercedilla está bien planteada al no tener que salir en mitad de una cuesta tan importante.

El descenso desde la Bola del Mundo hasta el puerto de Cotos en el segundo sector, ha superado mis expectativas ya que tiene un alto grado de dificultad técnica, por lo que he estado bastante ocupado durante este descenso. No es nada fácil y a diferencia de tantos otros descensos durante este circuito, esta trialera de grandes piedras exige mucha fuerza, constancia y sobretodo concentración para superarla sin riesgo. Aunque no toda la cuesta es tan exigente, los últimos metros antes de llegar a Cotos se hacen a través de pequeños caminos entre pinos y alguno que otro tramo que te sorprenderá con cortas subidas, una vez crucemos la carretera M-604 que viene de Rascafría hacia Navacerrada y continuemos el recorrido desde el puerto de Cotos, los caminos se hacen más transitables, alternando la exuberancia de la alta montaña con un paisaje de mayor colorido, caracterizado por pinos silvestres y que finaliza con un sube y baja permanente por pista forestal con mucha más sombra, que no le resta merito ni pedaleo, en la Pradera de Navalhorno y Valsain.

Con las miradas atentas de algunos de sus habitantes y visitantes más curiosos desde sus calles o terracitas, atravesamos estas dos localidades, siendo preciso aprovechar algunas de sus fuentes y locales para recargar provisiones, sobretodo de agua. Continuamos rápidamente nuestro recorrido luego de un breve receso, por la carretera de Robledo, cerrada a los coches unos km adelante de Valsain. Puesto que todavía nos queda mucha cuesta, intento apurar un poco el paso pero la entrada de la noche va a ser inevitable. Puestos en ello, dejamos Valsain disfrutando de sus valles mientras iniciamos un ascenso tan fácil técnicamente, como difícil por lo inclinado y prolongado, sencillamente se hace eterno.

Pero rápidamente alcanzo un buen ritmo, que le vamos a hacer, hay que continuar e intentar llegar pronto al mirador de La Reina, aunque aun nos falten unos cuantos km, una vez allí, lo demás esta chupao. Estaremos prácticamente en Cercedilla en un abrir y cerrar de ojos. Lo que han tardado un pequeño ciervo y su madre en cruzar el camino romano de un par de saltos y continuar su ascenso como cabras por la montana. No son habituales por este tramo tan transitado de montanistas, pero esta fugaz imagen ha salvado la tarde. Y no es que yo vaya precisamente buscando animales durante mi recorrido, de hecho no tengo del todo claro lo que busco,  como le sugería a un colega por el twitter, una cosa si es cierta, aunque así sea, creo que todos vamos buscando lo mismo.


El pronóstico de tormenta no ha resultado del todo errado, pues a pesar de no haber visto ni una sola nube en la sierra en toda la tarde, se ha despedido el sol entre relámpagos y truenos en el horizonte y al finalizar nuestro descenso nos recibiría Cercedilla, a mí y a unos cuantos ciclistas nocturnos mas, con un buen baño de agua. Gracias a una chiquita que ha bajado a un buen ritmo, he completado con creces una bajada prácticamente a oscuras, pues con la cantidad de mosquitos aun llevaba puestas las gafas de sol y le he mordido literalmente el polvo todo el descenso.


Alistaros que ya viene el finde!!!
Hasta pronto!!!


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jueves, 18 de agosto de 2011

"Por las Peñas del Purgatorio"



Ya es domingo y este puente de fiesta me ha dejado tiempo para realizar algunas rutas que tenia en mente, así que hoy he decidido salir de nuevo ya que me encuentro bastante recuperado después de los mas de 50 km de montaña de ayer, para dar una vueltecita, como suelo decir a ver que pasa, pero con la clara disposición de ir hacia el Valle del Lozoya, con la intención de subir Al Purgatorio.


Sé que estoy lejos del punto de inicio pero esto no me preocupa, el camino por la autovía se hace también entretenido, entre los demás coches que van y vienen de sus vacaciones. Seguramente no seré el único que lleve enganchada su bici de montaña a la parte de atrás de su coche, esta mañana alardearemos otra vez de montaña. Además ya os lo he dicho antes, que Rascafría es un muy buen anfitrión y con un domingo movidito hay mogollón de paseos, excursiones y ciclistas en busca de aventura. El paseo comienza sobre terreno llano hacia el Monasterio del Paular, sorteando todo tipo de excursiones que se dirigen a todos lados, sobretodo hacia las pozas de agua rodeadas de robles y pinos que sirven de piscina natural y veraneo a cientos de turistas y residentes del lugar, y otros que se dirigen hacia la cascada del Purgatorio, un salto de agua de alrededor de 15 m de altura que forma el cauce del río Aguilón a través de las peñas del Purgatorio.

Y yo que pensaba que el Purgatorio era esa cuesta iba a terminar cobrando todas mis penas a través de una agreste subida, pero no. Por su pista forestal, pues contrario a lo esperado, a las peñas del Purgatorio se llega subiendo de una manera muy cómoda con poca inclinación y mucha vegetación verde que adorna las laderas y mucha piedra caliza que se ha ido puliendo a través de la historia con el agua, el viento y el deshielo.


Conozco cuestas mucho mas difíciles, que podrían tener el calificativo de purgatorio, pero a este sitio en particular de la sierra, estoy a punto de perderle prácticamente el respeto, en lo que respecta claro está, a su dificultad, y todo lo contrario, una sublime admiración hacia sus maravillosas vistas del Valle de la Alameda y su ambiente tan natural y sobretodo al aire que se respira.

Desde el mirador de la Alameda se pueden observar una gran cantidad de picos y puertos de montaña, al igual que algunos pueblos característicos del valle del Lozoya entre los que destacan el pico de Peñalara , el puerto de Navafría, el de Malagosto y el del Reventón y los pueblos de Rascafría, Pinilla y Alameda del Valle entre otros. El descenso a través de la Majada del Cojo se hace por pista forestal y es muy entretenido e inevitable una que otra parada para apreciar la vegetación y el paisaje que cambia constantemente y la entrada de nuevo al valle del Lozoya por la Alameda y sus típicos pueblos de Oteruelo y los Grifos, hace que culminemos este espectacular paseo por un angosto camino de piedra que bordea la carretera M604 hasta regresar a Rascafría.

Pero antes, por supuesto, habiendo descubierto una que otra rambla a la espera del deshielo del próximo invierno, potreros llenos de vacas y hermosos caballos pastando con sus potros y potrancas y uno que otro arroyuelo o paisaje serrano adornado por la arquitectura de sus pueblos y de algunos elementos típicos como el Potro de Herrar que encontramos en casi todas las localidades y le dan ese toque particular a nuestro recorrido, ya os ire subiendo todas estas fotos al FBK,


Y ahora me voy a casa con esa sonrisa que siempre me queda en mi cara, luego de haber pasado por la sierra...


          hasta la proxima!!!


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miércoles, 17 de agosto de 2011

"Atardecer en la Bola del Mundo"



Hay algunas cosas que siempre suceden durante el ascenso a la bola del mundo, las pulsaciones por minuto se ponen al máximo, la velocidad es prácticamente nula y la diferencia de temperatura es muy notable a la baja. 14ºC marcaban a las 21:30 hrs. y seguiría bajando a medida que entrase la noche, lo que contrasta con los mas de 30ºC que traíamos durante el circuito en las zonas medias de la sierra.


Como ya sabéis el verano nos deja luz hasta cerca de las 22:00 y este corto pero productivo paseíto a la cuesta de Guarramillas o la Bola del Mundo os lo recomiendo si termináis cualquiera de las rutas por la sierra de tarde y os apetece hacer algo diferente. Si pasáis o estáis cerca del Puerto de Navacerrada, no dudéis en deteneros para subir. No solo porque es un buen postre para rematar una jornada dura de ejercicio, sino porque las espectaculares vistas y el ambiente de alta montaña colman todas las expectativas. Muchos de los senderistas que recorren esta zona no dejan de mostrar cierto asombro por ver a alguien subir por allí en bicicleta y yo me asombro, en parte, cuando les veo subir andando para pasar la noche allí, estoy convencido que también debe ser una buena experiencia.

Lo cierto es que el sol nos ha deleitado con un maravilloso atardecer y poco a poco van ganando terreno las luces en el horizonte, de la ciudad y de los pueblos cercanos a la sierra, que gran espectáculo. Las masas de agua de los embalses se notan en el paisaje, gracias a una luna llena que luce todo su esplendor luego de haber salido de su trinchera en el momento justo cuando se ha escondido el sol. Es la naturaleza que se luce ante los ojos de ilusos como yo que le apreciamos y que sentimos como nace y muere cada día, la sierra de Guadarrama respira, vive y te contagia de su esplendor, seguro que muchos de los que habéis merodeado por esta cadena montañosa comparten algunos sentimientos como los que intento describir, y sabéis lo difícil que es abandonar este espectacular lugar.


Que le vamos a hacer, hemos de dirigirnos a casa con la cámara llena de fotos, los diálogos grabados en nuestra mente de las conversaciones que hemos mantenido con nuestros nuevos amigos de las cumbres y ese toque mágico que le da el no ser capaz de describir completamente esa hermosa sensación luego de haber visitado este especial lugar.
                                                                          Hasta Pronto!!!

martes, 16 de agosto de 2011

“Miraflores, de sus Villas y Jardines a la Pedregosa Trialera de El Puerto de Canencia”



No es que haya dudado ni por un momento en apreciar las características de este peculiar pueblo de la sierra madrileña, que entre otras  cosas encanta con sus villas, jardines y todo su entorno, pero al pensar en recorrer este circuito a través de Bustarviejo y subir al puerto de Canencia en sentido inverso a las manecillas de reloj, me inquieto lo suficiente, sobretodo porque sé que me espera una subida muy difícil y muy técnica, no tengo idea de cuantas horas me cueste y si los arbustos están muy crecidos en el puerto, peor para mis piernas.


Solo unos cuantos metros después de atravezar por algunas de sus calles a el pueblo de Bustarviejo, tengo que afinar mi pedaleo y  mi equilibrio para intentar subir sin bajarme de la bici el mayor tiempo posible, tarea que la montaña se encargaría de ponérme muy difícil. Pero entre la espesa vegetación y una trocha de piedra muy inclinada adornada con pequeños arroyuelos que se abren paso poco a poco por las laderas, continuo mi camino despacito muy atento hasta que un arroyo se cruza en mi camino.

Parecía que la naturaleza reclamase el camino como propio por estar allí primero que el hombre, y de hecho lo hacía con tal decisión que poco a poco se ha cubierto de agua la trocha y no tuve otro remedio que dejarle seguir y continuar por un sendero hasta que porfin logré llegar a una trialera seca pero tan intransitable como algunos arbustos mas corpulentos y otros llenos de espinas lo permitían. He dejado estar pendiente del tiempo cuando descubrí que llevaba mas de dos horas subiendo, y todo lo que me faltaba. Si no reconociese esta parte del puerto de Canencia les aseguro que podría haberme planteado regresar...



Al fondo el pueblo de Bustarviejo, ya iniciada la subida hacia El puerto de Canencia

domingo, 7 de agosto de 2011

"El Berrueco: Cuatro embalses un solo objetivo, diversión!"



Ya sabía yo que me esperaba una tarde de sábado divertida, pues uno de los requisitos para que una ruta no defraude es tu disposición a dejarte llevar por ella, abierto y atento a lo que se va presentando.


Como de costumbre aprovecho los ratos libres entre diario para dejar a punto mi bici y dejar prácticamente del todo claro el recorrido, las baterías cargadas para el teléfono y el GPS, y aunque muy ligero, el equipaje. Se trata de una ruta que abarca zonas que conozco lo suficiente para no perderme pero no quiero líos, tengo que hacer unos 60 km y salir de tarde. Así que llevo entre otras cosas una linterna por si hace falta. Gracias al verano los días son muy largos y tendremos luz hasta las 22:00, pero también hace mucho calor. Al salir del Berrueco siento el aire muy fresquito para esta época del año y eso me tranquiliza bastante.



Durante la primera parte del recorrido tengo que sortear alguna imprevista trialera y caminos cortados por el Canal de Isabel Segunda por precaución, les he llamado para ver que todo esta bien y me han sugerido que tome el camino de piedra en lugar de la senda que va sobre el embalse, esta construido sobre algunos muros de la presa antigua y hay peligro de derrumbamiento, he visto gente circulando por ellos y veraneando en su rivera pero hago caso a su sugerencia. Para tener a cuestas el sol de las 14:30 lo cierto es que llevo muy buen ritmo y después de recorrer practicamente todo el embalse de El Atazar comienzo a subir dejando de lado el embalse de El Billar hacia Cerrada de la Fuente, no sin antes cruzarme en el camino con una pareja de ciclistas que además de demostrarme que no era el único dispuesto a divertirse, me saludan amablemente al cruzar una cerca y me preguntan por mi itinerario.


Ellos también acababan de salir y no lo tomamos con mucha gracia, pues además de algunas nubes que se han compinchado con nosotros y actúan como sombrilla, el viento fresco y nuestros caminos en sentido contrario, nos despedimos con los mejores deseos. Parecía que nos conocíamos, pero no, gente amable es lo que abundamos en la sierra. Pero yo sigo llevando en mi mente el largo recorrido que me espera y las pocas o nulas paradas que tengo programadas hacen que tenga que evitar detenerme en exceso para disfrutar el paisaje, lo mejor es intentar mantener el ritmo. Así que asimilo todo lo que puedo mientras pedaleo.

Al pasar Serrada de la fuente, además de encontrarme con la imagen típica de pueblo de la sierra, me encuentro también una apacible soledad en el ambiente generada en parte por la siesta del medio día que también en la sierra es sagrada, solo un perro viejo me miraría para seguir durmiendo (y aclaro que no hace falta que me persiga) con tanta pereza como años acostado en la escalinata de la puerta de su casa, puerta abierta con una cortina de esas de aire hechas de colgantes de las que solo había visto en la ciénaga grande, típico de esas casas que no tienen aire acondicionado y que para refrescarse solo hace falta que dejen la puerta abierta. Las callesitas estrechas y adoquinadas me dejarían para continuar mi recorrido por carretera, muy a pesar de mis ruedas de trail, pero que se agradecería por el aumento de la velocidad. Algo similar me sucedería a mi paso por Paredes de Buitrago unos km mas adelante, parece que no viviese ni un solo fantasma, en una curva muy pronunciada la calle: “Soledad”. Aunque es digna de una foto creo que no se la he hecho porque me dio algo de miedo. Solo un par de coches me encontraría, hasta cruzar la presa del embalse del Puentes Viejas, parada obligada para algunas foticos.

Luego de unos cuantos km, dejaría una vez mas la carretera para tomar un camino forestal mucho mas divertido con un sube y baja permanente a través de unas pineras que culmina otra vez por carretera, con mas gente ya despierta, como unos guardias civiles que me miran atentamente abrir y cerrar una berja mientras van en su todo terreno hacia Buitrago de Lozoya. Hay que tomar un tramo de la ruta del paseito por el valle de Buitrago pero con mucha montaña, pero la parte del valle, que tantas veces nos ha entretenido con su pendiente -1 ó poco mas para apenas pedalear, pero en sentido contrario mucho mas difícil hasta llegar al mirador de Riosequillo, un cachito mas de carretera por la M604 que sale de la autovía A1y que tantas veces tomamos hacia Lozoya y Rascafría y que sube hasta el puerto de Navacerrada. Pero nosotros solo nos apañamos unos pocos km por su asfalto, al llegar a El Cuadrón tomamos un camino mucho mas complicado y lleno de trialeras de subida que representan la parte mas difícil y divertida de todo el circuito, el nivel es alto y tiene mucha roca y dificultad técnica permanente y los pequeños descansos bajando tienen mucho riesgo. Termino de descolgarme hasta que cruzo la A1 nuevamente y me encuentro con otra trialera con algo de cuesta pero con mucha bajada hasta que tomamos la M131 hacia El Berrueco nuestro destino.

Pedazo de ruta que os he dejado en el endomono y el wikiloc, excelente en todos los sentidos, Si hubiese una categoría que implicara tener un poco de cada una, entre tramos fáciles y difíciles, carretera, caminos forestales, trialeras, mucha vegetación y mucha piedra, valle, algo de montaña, muchos pueblecillos a tu paso y porsupuesto espectaculares vistas, le asignaría la categoría "divertidisima". Te encontraras tres embalses, bueno en realidad son 4, El Atazar, El Villar, pasas la presa de Puentes Viejas y Riosequillo. Como siempre ahí esta pintada la Sierra de Madrid, siempre sorprende, espectacular ruta os la recomiendo, preparaos para la diversión durante las casi seis horas de recorrido, no os arrepentiréis, llevad mucha agua, la necesitareis!!




              Saludos!!!

domingo, 31 de julio de 2011

La Pedriza: Por Algo le llaman Zetas, Por Algo Le Llaman La Pedriza”


Como ya había adelantado, una vez mas la localidad de Manzanares el Real nos acoge para otra interesante travesía por la sierra de Madrid, es el turno de recorrer La Pedriza.

Una buena opción para hacerlo en bici de montaña, es a través de la ruta de Las Zetas, nombre que ha ido recibiendo la cuesta por la constante forma de “Z” que tiene el camino para llegar a la cima, pero no es su único calificativo puesto que además de abarcar cerca de 10 km de subida, al final recompensa con una divertida y larga bajada. Gracias a ello podemos recorrer una gran extensión del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, y gracias también a pequeñas variantes podremos escoger el grado de dificultad, tanto en desnivel de subida como en extensión.

Puedo aseguraros que subir a lo mas alto merece la pena, porque como de costumbre la dificultad de la cuesta se ve opacada por el espectáculo que tiene montado la naturaleza en este lugar de la sierra y su magnetismo obedece a la capacidad que tiene esta cadena montañosa del Guadarrama de impactar de la mejor manera y dejarnos con la boca callada a todos quienes disfrutamos de los deportes de montaña.

Solo al traspasar la barrera que restringe el numero permanente de visitantes en coche a 150 (si no vais pronto tendréis que esperar a que alguien salga para poder entrar, o caminar desde la barrera, nosotros no tenemos este problema puesto que vamos en bici), tomamos una pequeña carretera de doble sentido que culmina en un parking que nos da la entrada a una senda amplia de piedra y arena muy firme que nos permitirá recorrer prácticamente todo el circuito sin dificultad técnica, por supuesto con mucha cuesta.


Subimos gran parte del tiempo bordeando el río Manzanares, y a medida que ganamos altura y nos adentramos en la montaña, intimamos con los arroyuelos que vierten sus aguas al río, le dan vida y garantizan su existencia.  A partir de ese momento todo empieza a ser mágico, no solo porque no comprendes plenamente el porque esta gigantesca masa de cuarzo y mica fundida abunda en el paisaje, sino también porque este peculiar ecosistema se ha apañado para convivir armónicamente entre tanta piedra, lo cautivador que resulta de toda esta combinación, es lo que garantiza tu objetivo, la alta montaña con el sello de la Pedriza se encargara que disfrutes el respirar aire puro y deleitar la vista.


Había decidido salir muy pronto en la mañana desde Madrid, porque me hacia ilusión ver un amanecer de estos en las montañas, así que cuando estaba descargando mi bici en Manzanares, apenas había luz, mas allá de la generada por algunos focos del alumbrado publico del pueblo, de manera que  con los primeros rayos del sol pude dar los primeros pedalazos.

A mi paso, sentía como algunos montañeros en su saco de dormir se despertaban bien para empezar ya sus caminatas, o bien para dar vueltas hacia el rincón, era demasiado pronto, pero yo llevaba en mi mente colonizar algunos miles de metros de peñascos, ya tendría tiempo para descansar. La mañana estaba tan fresquita y los primeros metros me hacían reflexionar acerca de si son las montañas las que me motivan tanto, o soy yo quien tiene la capacidad de cautivarse con las cosas que son cotidianas para mi? Creo que he madrugado mucho, a mi paso unas cabras montesas saltaban dando gigantes tumbos para cruzar el camino, a pocos metros delante mío, pillándome completamente desprevenido, haciendo mas efecto que el primer café de la mañana para espabilarme.

Unos cuantos metros mas arriba me cruzaría con las primeras vacas del día, de esas que pastan a un lado del precipicio como si nada, auque les pases a 50 cm ni se inmutan, parecen acostumbradas a nosotros, aunque sus terneros mas ariscos te hagan preparar los pies por si acaso hay que pedalear a toda. Nada de esto fue necesario, pero me he podido subir mas de la mitad de la cuesta sin darme cuenta, lo que es mucho comparado con alguna que otra sesión en el gimnasio en la que pedalear una hora se me hacia eterno, otro punto mas a favor de la Pedriza.

Pero aun me quedaba todo el día por delante,  además de encontrarme con otros ciclistas y montañistas algunos con mas barriguita subiendo despacito, a mi paso por esta espectacular “Autopista” me encontraría con sitios maravillosos y emblemáticos de la sierra, como la peña de El Yelmo,  El Collado del Carbón, El Tolmo, El Collado de las Dehesillas o de la Silla, el Pajarito, la Vela, la Peña del Indio, la Tortuga y hasta con la Bola del Mundo entre otros que recuerdo.


Estoy seguro que volveré las veces que haga falta hasta que entienda todas sus formas, por lo pronto estoy contento por haber  descubierto porque le llaman las Zetas, porque le llaman la Pedriza y por haberme permitido el lujo de ver nacer el río Manzanares. Descubrirlo quizas sea mas fácil que describirlo. 

Concluyo contestando a mi pregunta, es cierto que tengo un poco de cada uno, las montañas me impresionan tanto como mi capacidad de cautivarme con lo cotidiano, lo considero una de mis mas grandes fortunas.
 


SALUDOS!!!!
Gracias por los R-Twitts y Shares del Fbk


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