Para nosotros los amantes del Mountain Bike, El Escorial es una parada obligada de nuestra agenda anual en la comunidad de Madrid, debido a que es una ruta muy completa, llena de extensas pistas en tierra y piedra, con cortos tramos de carretera y unas espectaculares vistas, que nos muestran la inmensa cuenca del Guadarrama como antesala a nuestras excursiones hacia la sierra, paso obligado de algunas de ellas y de preparación en algunas otras, lo que lo convierte en la mejor manera de recibir la primavera. A medida que avanza mayo se notan en el ambiente el aroma de las flores y el verde de las praderas, invitándonos a recorrer sus cientos de km, gracias también a la subida de las temperaturas.
Comenzando este recorrido desde Boadilla del Monte, una pequeña ciudad situada a escasos km de Madrid, recortamos a la ruta unos 30 km aproximadamente al recorrido saliendo desde casa, por lo que recorremos solo 105 kms de los 135 aproximados, lo que me resulta mucho mas cómodo y además permite que la ruta siga siendo circular. En cualquier caso puedes modificar el recorrido a tu gusto. Seguro que encontrarás el mejor modo de hacerlo, esta ruta por el Escorial siempre te sorprenderá de alguna manera a lo largo del camino, y puesto que es lo suficientemente difícil te exigirá cierta resistencia física, debes estar preparado para ello y recibir tus recompensas.
Al salir de Boadilla, desde el Palacio del Infante Don Luis, encontrareis una travesía formada en su mayor parte por senderos y unos cortos tramos de carretera en los que hay que circular con precaución. En la primera parte del camino encontrarás una subida corta hasta las Lomas, donde te puedes topar con uno que otro golfista recogiendo bolas en la montaña, pero al salir de la urbanización encontrareis una pista de bajada muy divertida que culmina al cruzarse con la autovía del noroeste, no sin antes superar alguno que otro tramo mas difícil. Me molesta tenerme que bajar de la bici en la misma parte siempre que bajo por esta zona, pero luego de algunas caídas he aprendido que es mejor hacerlo, que tener que pedalear el resto del día con alguna lesión.
Siempre es mejor andar con precaución en este tipo de rutas largas. Luego de pasar por la autovía del noroeste, atraviesas las poblaciones de Villafranca del Castillo y Villanueva del Pardillo, y a través de sus calles recorres algunos km sin darte cuenta, entre lo acogedor que resultan la ciudad y sus gentes, sobretodo los pequeños, quienes a tu paso te miran y te saludan como a un rezagado del tour de Francia o de la vuelta a España, o algo así.
Una vez dejas los pueblos, la primera recompensa viene luego de superar la interesante subida desde Villanueva hasta Colmenarejo que finaliza en la Universidad Carlos III.
La subida de este pequeño cerro despierta por completo tus pulmones y tus músculos, haciendo que te enteres de una vez por todas de donde te encuentras, sobre todo cuando logras recorrer este tramo superando todos los obstaculos y mejor aún cuando te cruzas con otros que como tu van decididos a domar la montaña. Otra cosa muy distinta es llegar al embalse de Valmayor y atravesar la presa de los Arroyos, puesto que la travesía por esta parte de la cuenca representa un verdadero cambio de ritmo que te deja tomar un pequeño descanso durante su plano y entretenido recorrido a travez de sus pistas, animado por un hermoso paisaje que te refresca y te acompaña hasta el Escorial.
No te apures, ni te cortes para disfrutarlo, la ruta esta llena de sorpresas y al pasar por el Escorial tendrás tiempo para reflexionar si valió la pena o no llegar hasta allí, por mi parte ya conocen la respuesta. Ahora solo queda pensar en la vuelta a casa. El camino tiene también cierto grado de dificultad, sobretodo porque el sol, las horas y el cansansio te pueden pasar factura los últimos km, es un largo camino de regreso.
De cualquier manera, si te lo tienes que perder, puedes usar el ferrocarril, pero como estamos preparándonos para las grandes aventuras hacia la sierra de Madrid, seguimos en bici. Ya ha abierto paso el sol y de la nieve queda solo el recuerdo, en el horizonte se nota que quedan solo las montañas y nos vamos adentrando cada vez mas hacia ellas.