Entre vegas y dehesas, pedaleamos de Brunete hacia Quijorna por caminos prestados de Isabel II y en ocasiones por carretera, sin que ello le quite entusiasmo a un recorrido que rápidamente pasa del ligero repecho a la cuesta. Es la ruta de los búnkeres de la Batalla de Brunete que se muestran imponentes, pero parece que algunos tienen en mente otras batallas, como la que se libra contra el mismísimo Mortirolo poco después de empezar. Un tímido globo que se abre paso entre la fría mañana para saludar no se entera que le intentaremos alcanzar. Y ganas que tenemos, porque la peña esta hecha para pedalear, tanto que aunque nos hayamos pasado de km por culpa de una finca privada que como veréis en el track, luego de Navalagamella no hemos logrado atravesar. Injusto porque lo que descendemos tan rápido, algunas veces como esta, nos cuesta mas deshacer aunque sea por carretera. El monte de Valdeyerno nos trae alborotados dando pedales entre sus cuestas, con algunos tramos de exigentes subidas y rápidos descensos pero en el embalse de Cerro Alarcón un corto tentempié. Gracias al río Perales que le mantiene lleno, nos detenemos a disfrutar del momento y continuamos hasta Navalagamella. El retorno ha estado improvisado ante la imposibilidad de atravesar la mencionada finca, pero con una fuerte dosis de aventura y aunque hayamos tenido que completar el itinerario por carretera, algo de camino le ha tacado a las llantas y con las piedras nuestra dosis de alegría a rebosar. Al final hemos librado bien la mañana, gracias a una bonita zona en la que hemos podido rodar a gusto, con mas carretera que montaña, pero disfrutando como siempre de la mejor combinación: bicicletas y colegas.
viernes, 22 de febrero de 2013
LA BATALLA DE BRUNETE
Entre vegas y dehesas, pedaleamos de Brunete hacia Quijorna por caminos prestados de Isabel II y en ocasiones por carretera, sin que ello le quite entusiasmo a un recorrido que rápidamente pasa del ligero repecho a la cuesta. Es la ruta de los búnkeres de la Batalla de Brunete que se muestran imponentes, pero parece que algunos tienen en mente otras batallas, como la que se libra contra el mismísimo Mortirolo poco después de empezar. Un tímido globo que se abre paso entre la fría mañana para saludar no se entera que le intentaremos alcanzar. Y ganas que tenemos, porque la peña esta hecha para pedalear, tanto que aunque nos hayamos pasado de km por culpa de una finca privada que como veréis en el track, luego de Navalagamella no hemos logrado atravesar. Injusto porque lo que descendemos tan rápido, algunas veces como esta, nos cuesta mas deshacer aunque sea por carretera. El monte de Valdeyerno nos trae alborotados dando pedales entre sus cuestas, con algunos tramos de exigentes subidas y rápidos descensos pero en el embalse de Cerro Alarcón un corto tentempié. Gracias al río Perales que le mantiene lleno, nos detenemos a disfrutar del momento y continuamos hasta Navalagamella. El retorno ha estado improvisado ante la imposibilidad de atravesar la mencionada finca, pero con una fuerte dosis de aventura y aunque hayamos tenido que completar el itinerario por carretera, algo de camino le ha tacado a las llantas y con las piedras nuestra dosis de alegría a rebosar. Al final hemos librado bien la mañana, gracias a una bonita zona en la que hemos podido rodar a gusto, con mas carretera que montaña, pero disfrutando como siempre de la mejor combinación: bicicletas y colegas.
VUELTA AL HOYO
El camino desde el casco urbano se pierde rápidamente entre matorrales, dejando atrás un contraste entre casas modernas y de piedra y dando paso a extensos encinares que se alternan con arbustos en las zonas mas agrestes, así es el Hoyo. Nos pondrá a prueba con sus contrastes y sus senderos sobre el árido monte que pronto pasara factura a los bikers. Se necesita técnica porque el trazado aunque es corto, también es exigente y por ello nos mantendrá ocupados durante al menos tres horas con duras rampas y técnicos descensos, pero eso si, el paisaje enmudece.
Cualquier sentido es valido para liarla, en este caso en el
mismo de las manecillas. La naturaleza de la cuenca alta del Manzanares implica
restricciones, como no abandonar en ningún momento ni el camino, ni el sendero.
Hay que ser responsables, arroyos protegidos refrescan de vez en cuando nuestras cubiertas y a pesar de
haber cantidad de estos, el terreno se torna árido, rodar cerca de un santuario
de águilas es otra cosa portaos bien.
Del hoyo salimos hacia el chaparral hacia las machorras
hasta rodear la Berzosa entre repechos que invierten constantemente la
inclinación, manteniendo así muy vivito nuestro animo. No hay exageradas
cuestas, la altimetría nos muestra como ganamos metros gracias a un interminable
sube y baja con pendiente positiva hasta llegar a la zona alta del pueblo.
Justo después de cruzar el arroyo de Peguerinos que forma la cascada del
Covacho en el cerro que lleva su mismo nombre. A esta altura ya habremos sudado
y comido unas cuantas barritas, mientras disfrutamos de las peñas que adornan
el parque como la del Búho y peña Alonso.
En el Almorchón una paradita para ver el espectáculo, lo
tiene montado naturalmente el Hoyo entre piedras, agua y encinas. En el track
esta marcado como LAP2, yo os presento el santo pero no os hago el milagro, si
queréis descubrirlo tendréis que rodar por allí y quien sabe, a lo mejor
descubran también porque le llaman el Hoyo de Manzanares. Solo nos queda
regresar por el monte Ejido y la Toja hasta nuestro punto de partida, si es que
el sendero no se nos pierde entre matorrales y potreros, por ello siempre es
bueno llevar un poco de sentido común para pasarlo en grande y salir de donde
nos metamos. Yo solo os digo que es el sitio perfecto para el cross country pero
eso que quede entre nosotros
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