Jornada intensa de 132 km en la que recorreré durante los
primeros 40 km lo que nos queda de Cantabria y daremos la bienvenida a Asturias
entre Pesués y Colombres para disfrutar de un día entero entre playas y
acantilados. Un sube y baja constante con mas de 2400 m de desnivel acumulado
me dejan tan exhausto como a gusto con la distancia y el recorrido, especialmente porque continúo bordeando el Cantábrico y disfrutando de sus
espectaculares vistas.
La noche ha sido muy enriquecedora en Santillana del Mar,
este maravilloso y encantador pueblo del este de Cantabria de calles empedradas
y arquitectura medieval me ha cautivado, por ser un perfecto anfitrión, por la
convivencia y por esa completa oferta de quesos y de vinos entre muchas otras
cosas.
Este día entero de playa se
inicia perfectamente saliendo desde Santillana dejando atrás sus calles, esa
colegiata románica del siglo XII, sus casas y casonas y ese abrevadero de piedra
que parecen haber detenido el tiempo en Santillana. Son poco menos de las ocho
y este estupendo amanecer estaría adornado por un recorrido maravilloso hacia
Comillas pasando algunos pueblos como Oreña y Cóbreces. Nos alejamos por
momentos del mar pero los campos o cultivos nos muestran un horizonte tan verde
como azul todo el tiempo y resultamos inmersos en poblaciones tan emblemáticas
como el mismo San Vicente de la Barquera, lleno de barcas que reflejan su
encanto tan marinero como pesquero. La N634 nos pasea bordeando el cantábrico
hacia Llanes, ya en Asturias. Son muchos los pueblos que afincados en esta zona
que disfrutan del privilegio de estar en el Cantábrico, uno seguido de otro. Yo
continuaría pedaleando en este particular lugar, como si estuviese en un vídeo
juego en el que escojo libremente los ambientes. Lo haría calcando.
Luego de cruzar la localidad de Ribadesella tomo la N632
hasta Colunga y continuo por Sales sin pasar por Lastres, para apurar un poco
la llegada a Villaviciosa para buscar donde descansar, ha sido una jornada muy
extenuante.