No nos podríamos olvidar de visitar durante esta temporada la cuenca del rio Jarama, y aunque pretender abarcar todas la zonas que conforman la sierra de Madrid es todo un reto, tendremos que conformarnos con disfrutar de cuanto escenario nos sea posible antes que llegue el invierno y la nieve nos impida rodar sobre muchos de sus territorios,
para aprovechar al máximo tantos lugares diferentes que nos ofrece la sierra. A Patones, se llega por la autovía A1, sin mucha imaginación y sin necesidad de andar buscando rastros renacentistas, ni de árabes, ni de atalayas, ni de antiguas construcciones de presas, acueductos, azudes o almenaras, resultaremos envueltos tanto por una complicada topografía engalanada por sus pueblos, como por este tipo de construcciones y por sus gentes, para que valga aun mas la pena semejante esfuerzo tanto para subir como para bajar. Muchos de vosotros seguramente coincidiréis conmigo en que las trialeras de Patones no ofrecen tregua.
para aprovechar al máximo tantos lugares diferentes que nos ofrece la sierra. A Patones, se llega por la autovía A1, sin mucha imaginación y sin necesidad de andar buscando rastros renacentistas, ni de árabes, ni de atalayas, ni de antiguas construcciones de presas, acueductos, azudes o almenaras, resultaremos envueltos tanto por una complicada topografía engalanada por sus pueblos, como por este tipo de construcciones y por sus gentes, para que valga aun mas la pena semejante esfuerzo tanto para subir como para bajar. Muchos de vosotros seguramente coincidiréis conmigo en que las trialeras de Patones no ofrecen tregua.
Patones o Patones de abajo, nos dará la entrada a un espectacular trazado sobre sendas, senderos, y caminos de hormigón a través de una larga subida para rematar descendiendo por una muy técnica trialera que ha sido parada de innumerables aventuras del Mountain Bike y cuyo calificativo Xtreme esta acuñado como segundo nombre. Por supuesto que Patones da la talla al igual que las grandes rutas del mountain bike por la sierra de Madrid y satisface las exigencias físicas, mentales y técnicas de muchos de los amantes de este apasionado deporte.
No sería nada fácil diseñar un trazado como este, ni encontrar un lugar tan especial. Pues solo al salir de Patones empezamos a contagiarnos de su particular encanto. La primera parte del camino es ideal para calentar los músculos, pues se hace por el trazado que hay sobre los vestigios del antiguo canal de Cabarrus y el canal del Atazar, totalmente plano y que solo se ve interrumpido en un par de ocasiones por dos cercas en las que hay que levantar totalmente la bici para cruzar.
Un pequeño sendero te lleva hacia la presa del Pontón de la Oliva para continuar por una subida por camino de hormigón sin mayor dificultad técnica, solo la cuesta que en mi caso se me ha hecho eterna con dos averías, un pinchazo y rotura cadena que lógicamente podría reparar pero que me han hecho perder el ritmo.
El descenso se hace por un sube y baja constante que culmina por las calles de Alpedrete de la Sierra para tomar el camino forestal hacia el valle, que te puede engañar con el tranquilo paseo, pues lo que viene es la parte mas difícil del circuito.
Una elevada y prolongada cuesta nos hace esperar con ansias la tan anhelada bajada, pero al hacer cumbre preparar vuestros sillines y bajadlos a tope, centrad bien la cabeza porque esta autentica trialera solo te dejara un descanso cuando lleguéis a Patones de arriba luego de algunos km de esfuerzo, aunque por mas cansados que estéis este espectacular caserío que se alza al pie del cerro de Las Calerizas detiene el tiempo por completo.
Y no es que el verano haga el día tan largo que parezca eterno, o que la ruta haya estado tan larga, no!, eso quizás ayude pero su razón son sus paredes de piedra, el dedalo de pequeñas calles y travesías empedradas que le dan un toque muy peculiar.
Que mejor sensación, que rematar este circuito por estas calles que quizás han visto pasar a tantos bikers como a muchos otros seducidos desde siempre por estas tierras. Prepárate para tu paso por Jarama, para superar sus exigentes cuestas y salir ileso de esta odisea, convivir con su naturaleza y ver trabajar de cerca las laboriosas abejas que recolectan sus mieles merodeando por sus tierras y mordisqueando de vez en cuando tus orejas para recordarte que esto es suyo antes de volver a sus cajones. A que esperas, si no habeis hecho esta señora ruta...
Prepárate para una historia de Patones, trialeras y cajones, hasta pronto!!!
Ir a página principal
No hay comentarios:
Publicar un comentario