jueves, 25 de agosto de 2011

"A Valsain, Mejor Por El Camino Difícil"



Los que conocen Cercedilla saben que para atravesar sus calles y recorrer su entorno con suficiente propiedad hay que conocer también sus montañas, algunos que le conocen aun mas, saben exactamente qué es lo que hay en su ambiente que le hacen tan buen lugar para programar muchas de nuestras aventuras. No solo historia tiene este típico pueblo del noroeste de Madrid, tiene también además de carácter, algunas cualidades que atraen como su capacidad de refrigerar un poco nuestros veranos, deleitarnos con su típico abrigo blanco en invierno y hacernos rodar una y otra vez a través de sus caminos complaciendo nuestros deseos de aventura, entre otros. 

Marcado por las ansias de estas razones y mas, ha llegado el momento de iniciar este duro trazado, luego de una semana de arduo trabajo y haber dedicado algunos ratos libres a mantenimiento, parto desde Cercedilla con rumbo al puerto de Navacerrada, con algunas montañas como Siete Picos que nos mira atento, iniciando el largo ascenso cercano a los mil metros de desnivel del primer sector del circuito, que culminara al llegar a la cima de la bola del mundo sobre los 2300 m de altura, sin prisa pero sin pausa, nuestro ritmo nos permite lograr salir bien librados de este gran esfuerzo del comienzo, para completar cómodamente el resto del circuito. Llegar a la Bola del Mundo, es de por sí una gran meta, y en la medida que vamos ganando altura por su espectacular trazado, nos va cambiando las vistas, desde los paisajes de pino verde justo al salir de Cercedilla y las bondades del puerto de Navacerrada, hasta  el horizonte que siempre ofrece Guarramillas. Digno de rascarse los ojos y comprobar que es cierto, aunque seamos felices sufriendo para subir esta inacabable cuesta y alcanzar esta sensación.

Poco ayuda el calor abrazador del medio día para apreciarlo todo, pero todavía se torna tolerable para la práctica deportiva tanto por la diferencia media de diez grados menos de temperatura con  respecto a Madrid, como por los vientos  frescos de alta la montaña, ambos nos dan un cierto respiro que se agradece. Existen varias posibilidades para iniciar este circuito, entre otros saliendo desde el puerto de Navacerrada a unos 600 m de desnivel sobre Cercedilla, pero la salida luego del medio día y el pronóstico de tormenta, al igual que la comodidad de rematar el circuito con el descenso desde el mirador de La Reina quizás en horas de la noche, son los motivos por lo que he propuesto salir desde Cercedilla, al final comprobareis que es una buena sugerencia puesto que además de ser un buen anfitrión y proporcionar una amplia y engalanada estación de trenes, espacios para aparcar y amables terracitas, nos recibirá al final del circuito con varios km de cómodo descenso.

También son posibles algunas pequeñas variaciones del trazado, algunas debidas a algún despiste al seguir el mapa, o por algunas zonas donde el camino desaparece cubierto por helechos o espesa vegetación, pero el trazado es prácticamente el mismo. En cualquier caso toda desviación hace posible  retomar rápidamente  el itinerario, la única gran variante podría ser el punto de partida y agregar o reemplazar algún tramo con la alternativa que nos da la gran cantidad de rutas y senderos que hay en la zona, podéis hacer muchas variaciones. En todo caso, la salida desde Cercedilla está bien planteada al no tener que salir en mitad de una cuesta tan importante.

El descenso desde la Bola del Mundo hasta el puerto de Cotos en el segundo sector, ha superado mis expectativas ya que tiene un alto grado de dificultad técnica, por lo que he estado bastante ocupado durante este descenso. No es nada fácil y a diferencia de tantos otros descensos durante este circuito, esta trialera de grandes piedras exige mucha fuerza, constancia y sobretodo concentración para superarla sin riesgo. Aunque no toda la cuesta es tan exigente, los últimos metros antes de llegar a Cotos se hacen a través de pequeños caminos entre pinos y alguno que otro tramo que te sorprenderá con cortas subidas, una vez crucemos la carretera M-604 que viene de Rascafría hacia Navacerrada y continuemos el recorrido desde el puerto de Cotos, los caminos se hacen más transitables, alternando la exuberancia de la alta montaña con un paisaje de mayor colorido, caracterizado por pinos silvestres y que finaliza con un sube y baja permanente por pista forestal con mucha más sombra, que no le resta merito ni pedaleo, en la Pradera de Navalhorno y Valsain.

Con las miradas atentas de algunos de sus habitantes y visitantes más curiosos desde sus calles o terracitas, atravesamos estas dos localidades, siendo preciso aprovechar algunas de sus fuentes y locales para recargar provisiones, sobretodo de agua. Continuamos rápidamente nuestro recorrido luego de un breve receso, por la carretera de Robledo, cerrada a los coches unos km adelante de Valsain. Puesto que todavía nos queda mucha cuesta, intento apurar un poco el paso pero la entrada de la noche va a ser inevitable. Puestos en ello, dejamos Valsain disfrutando de sus valles mientras iniciamos un ascenso tan fácil técnicamente, como difícil por lo inclinado y prolongado, sencillamente se hace eterno.

Pero rápidamente alcanzo un buen ritmo, que le vamos a hacer, hay que continuar e intentar llegar pronto al mirador de La Reina, aunque aun nos falten unos cuantos km, una vez allí, lo demás esta chupao. Estaremos prácticamente en Cercedilla en un abrir y cerrar de ojos. Lo que han tardado un pequeño ciervo y su madre en cruzar el camino romano de un par de saltos y continuar su ascenso como cabras por la montana. No son habituales por este tramo tan transitado de montanistas, pero esta fugaz imagen ha salvado la tarde. Y no es que yo vaya precisamente buscando animales durante mi recorrido, de hecho no tengo del todo claro lo que busco,  como le sugería a un colega por el twitter, una cosa si es cierta, aunque así sea, creo que todos vamos buscando lo mismo.


El pronóstico de tormenta no ha resultado del todo errado, pues a pesar de no haber visto ni una sola nube en la sierra en toda la tarde, se ha despedido el sol entre relámpagos y truenos en el horizonte y al finalizar nuestro descenso nos recibiría Cercedilla, a mí y a unos cuantos ciclistas nocturnos mas, con un buen baño de agua. Gracias a una chiquita que ha bajado a un buen ritmo, he completado con creces una bajada prácticamente a oscuras, pues con la cantidad de mosquitos aun llevaba puestas las gafas de sol y le he mordido literalmente el polvo todo el descenso.


Alistaros que ya viene el finde!!!
Hasta pronto!!!


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